La trampa de la positividad tóxica: cuando obligarnos a estar bien nos hace daño
Vivimos en una cultura que nos dice constantemente que debemos estar felices, sonreír y ver siempre el lado positivo de todo. Frases como “todo pasa por algo”, “sé fuerte” o “podría ser peor” se repiten sin que nos demos cuenta de algo importante: no siempre estar bien es lo que toca. Forzarnos a ello puede hacernos más daño que bien.
En este artículo te explico qué es la positividad tóxica, por qué es dañina y cómo puedes liberarte de esa presión para cuidar tu salud emocional.
¿Qué es la positividad tóxica?
La positividad tóxica es esa presión constante, ya sea externa o interna, de mantener una actitud positiva incluso cuando estás atravesando momentos difíciles, dolorosos o confusos.
Se manifiesta en frases que parecen inofensivas, pero que invalidan tus emociones:
“No te quejes, hay gente que está peor.”
“Tienes que ser fuerte.”
“Todo depende de cómo lo mires.”
“Si estás mal es porque te enfocas en lo negativo.”
Lejos de ayudar, estas palabras generan culpa por sentir y nos alejan de algo esencial: la capacidad de validar nuestras emociones y sostenernos con compasión.
¿Por qué la positividad tóxica es dañina?
Obligarte a estar bien te hace reprimir emociones legítimas como tristeza, enfado, miedo o frustración. Lo que se reprime no desaparece; se acumula y puede manifestarse en:
Ansiedad o estrés constante
Problemas de sueño o insomnio
Bloqueos emocionales
Somatizaciones (dolores físicos sin causa aparente)
Además, se genera una doble carga: no solo estás mal, sino que ahora también te sientes culpable por estar mal.
Sentir no es rendirse
Experimentar tristeza, rabia o dolor no es signo de debilidad, sino de humanidad. No necesitas justificar tus emociones ni compararlas con las de otros.
A veces, lo que más cura no es forzarse a ver el lado positivo, sino permitirte decir:
“Esto me duele, y necesito tiempo para digerirlo.”
Reconocer lo que sientes es el primer paso para cuidar de ti mismo/a de manera auténtica.
Cómo liberarte de la trampa de la positividad tóxica
Permítete estar mal sin culpas
No hay emociones buenas o malas; todas cumplen una función. Aceptarlas es un acto de autocuidado.Rodéate de personas que validen tus emociones
A veces necesitamos menos consejos y más escucha. Compartir tu malestar con alguien que te entiende puede ser liberador.Cuestiona el discurso que exige estar bien siempre
Reconoce que es normal tener días buenos y días malos. Tu bienestar emocional no depende de aparentar felicidad constante.Busca espacios seguros
La terapia es un lugar donde no hay exigencias: solo acompañamiento. Aquí puedes explorar tus emociones sin juicios ni presiones.
En Aletheia Psicólogos te ayudamos a salir del piloto automático
En consulta, muchas personas dicen: “No sé por qué me siento así, si no me ha pasado nada grave” o “No tengo derecho a estar mal”. En Aletheia Psicólogos creemos que todo lo que sientes merece un espacio y un sentido.
Si necesitas un lugar donde no tengas que fingir que estás bien, ofrecemos una primera evaluación gratuita para escucharte sin filtros y acompañarte en este momento.
✉️ Escríbenos o pide tu cita a través de nuestra web o redes sociales. Estás a tiempo de tratarte con más verdad y cuidado.