Chantaje emocional y manipulación
La manipulación o el chantaje emocional es más común de lo que creemos. Está presente en muchas de las expresiones que hemos escuchado a lo largo de nuestra vida. El objetivo de estas frases es sembrar la culpa en la alguien, para que termine haciendo lo que queremos. Estoy segura de que la mayoría de personas que han dicho esto alguna vez no eran conscientes del daño que pueden hacer estas expresiones. Pero tenemos que tener cuidado e identificarlas porque pueden a limitar nuestra libertad de decisión.
¿Es posible que el chantaje emocional esté mas presente en nuestras vidas de lo que creemos?
Efectivamente.
Muchas veces escuchamos frases como:
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- Tu sabrás lo que haces
- Ya hablaremos
- Si haces eso, será porque no me quieres
- Con las cosas que hago por ti y así me lo pagas
Estas frases pueden parecer sin importancia, pero muchas veces este tipo de expresiones tienden a repetirse. Provocan un desplazamiento de la culpa hacia ti, de tal manera que sientes que toda la responsabilidad recae sobre tí.
De esta manera nuestra decisión esta influenciada e incluso cohibida. ¿Tomaríamos las mismas decisiones si no ejercieran esta manipulación con nosotros?
Señales de que nos podrían estar manipulando
En función del tipo de persona y el objetivo a conseguir, las personas que utilizan el chantaje emocional pueden utilizar diferentes estrategias:
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- Victimista o hacerse la víctima: El objetivo de estos comentarios es hacerte sentir mal para limitar tu libertad de decisión. «Con todo lo que hago por ti y así me lo pagas», «Siempre soy yo el/la malo/a».
- Ataque e insultos: se realizan ataques de diferentes maneras como insultos, gritos o recordar el pasado con el objetivo de hacer daño. De esta manera provocan miedo, tristeza o ira y al final se terminan tomando decisiones afectadas por esta negatividad. Si estamos enfadados o tristes, nuestro pasamiento no es realista, estamos tan mal, que no pensamos con claridad. «No tienes ni p*** idea» «vete con tu ex, a ver si el te aguanta como yo».
- Anticipar consecuencias: la persona que usa el chantaje emocional, avisa o amenaza de que habrá consecuencias después de la decisión que tomes. Pueden no comunicar estas consecuencias, llegando a infundir más miedo y ansiedad. Para evitar esas emociones negativas tiendes a «obedecer» para así aliviar esa sensación. «No vas a encontrar a nadie como yo», «tú sabrás lo que haces», «ya hablaremos cuando llegues a casa».
- Amenazas: Sobre todo las más comunes suelen ser amenazas con dejar la relación, hacerse daño a ellos o a los demás. Muchas veces infunden tanto miedo que tendemos a ceder para evitar las consecuencias. A causa de ello, la amenaza tiende a ser cada vez mayor para conseguir su objetivo. «Si me dejas, no lo soportaré», «volveré a beber por tu culpa».
- Niegan el contacto: muchas veces puede ocurrir por una necesidad de tiempo para la regulación emocional, como explicamos en las teorías del apego (apego evitativo), y basta con dejar a la persona su tiempo para comprender sus emociones. Sin embargo otras veces puede utilizarse como medio para la manipulación y coerción de las decisiones de otros. Pueden ignorarte o incluso bloquearte. «Paso de la conversación», «No me vuelvas a hablar en tu vida».
- Falsa negociación: Te hacen sentir culpable por no cumplir un trato que nunca existió. Ponen sus propias normas y las justifican, pero no son realistas y limitan tu libertad. Por ejemplo, «yo salgo solo con amigos, por lo tanto tu solo puedes salir con amigas», «yo no tengo amigas así que tu tampoco amigos del sexo opuesto», «tienes que mandarme fotos, yo siempre que salgo te las mando».
Estas expresiones son muy comunes, pero tenemos que darle mucha importancia al contexto. Muchas expresiones pueden malinterpretarse, sobre todo por whatsapp y mensajes. Por ello es muy importante observar si se repiten, preguntar la intención del mensaje y no ceder ante ellos.
Recuerda que todo el mundo podemos llegar a utilizar el chantaje emocional, decirlo sin querer o incluso por repetición de cosas que hemos escuchado en casa. Esto no justifica que lo sigamos haciendo, pero tenemos que identificarlo para dejar de hacerlo.
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